DMAE

La degeneración macular asociada a la edad representa la primera causa de pérdida de visión en las personas con más de 50 años en los países industrializados, y supone la tercera causa de invidencia a nivel mundial.

El conocimiento y tratamiento de la DMAE está en plena evolución, gracias a los recientes avances que se han dado en los ámbitos de la genética, la terapéutica y el diagnóstico.

La investigación actual, muy activa, nos permite creer que será posible un tratamiento precoz de esta patología y una mejora de la agudeza visual en un número importante de casos.

 

CONOCER LA DMAE

La degeneración macular asociada a la edad o DMAE es un envejecimiento demasiado rápido de la mácula, una parte de la retina. En esta mácula aparecen unos depósitos blanquecinos llamados drusos y desaparecen células (las células fotorreceptoras: conos y bastoncillos).

La mácula es una zona muy pequeña de la retina pero que desempeña un papel esencial, ya que transmite a nuestro cerebro el 90% de la información visual procesada. La mácula está situada en el centro de la retina, y en ella se forma la imagen del objeto que miramos. Debido a la gran densidad de unas células visuales llamadas conos, la mácula nos permite percibir los detalles y los colores.

Si tiene DMAE los posibles síntomas que podrá notar son:

– Sensación de falta de luz para leer o escribir. Las imágenes pueden parecerle apagadas o amarillentas. Experimenta lo que se llama disminución de la sensibilidad a los contrastes.

– Dificultades para percibir los detalles. Esta bajada de la agudeza visual puede aparecer muy rápidamente.

– Sensación de que las líneas rectas, en un crucigrama o en los azulejos de la pared del baño por ejemplo, se deforman o están onduladas. Se llama metamorfopsia.

– Por último, una mancha gris-negra llamada escotoma puede aparecer en el centro de su campo de visión, lo que posiblemente dificulte la distinción de los elementos.

 

¿La DMAE conduce a la ceguera?

– No, la DMAE por lo general no acaba en ceguera total. Puede desembocar en invidencia, pero no quedará en la oscuridad absoluta.

– El centro de la retina es la única parte afectada por la DMAE, y por tanto solo la visión central se ve perjudicada: tendrá problemas para la lectura, la costura, el bricolaje, reconocer rostros en la calle o rellenar un cheque. Pero a pesar de ello podrá desplazarse solo/a, vestirse o peinarse. Podrá mantener una cierta autonomía.

– Por último, la DMAE no impide tener una buena visión de conjunto de una escena, pero tendrá problemas para captar los detalles.

 

¿Existen varias formas de DMAE?

Sí, efectivamente, hay varias formas de DMAE. Existe la DMAE “seca” y la DMAE “húmeda”.

– La DMAE “seca” o atrófica es la más frecuente y la menos grave. Se caracteriza por la desaparición progresiva de las células de la retina con un adelgazamiento de la mácula.

– La DMAE “húmeda” o neovascular es menos común que la forma seca, pero más rápida. Se da cuando se forman vasos sanguíneos anormales o neovasos (vasos sanguíneos nuevos) en la retina.

 

TRATAR LA DMAE

El diagnóstico de la DMAE

Únicamente el oftalmólogo puede diagnosticar la DMAE.

La primera etapa consiste en medir la agudeza visual de cerca y de lejos. A continuación el oftalmólogo procederá a realizar un examen del fondo del ojo. En función de la forma de DMAE que se diagnostique, se podrán pedir otros exámenes, como la TCO (Tomografía de Coherencia Óptica).

El tratamiento de la DMAE

Por el momento no hay medicamentos que curen la DMAE de forma definitiva, aunque puede haber soluciones.

Para la DMAE “húmeda”, se han introducido en el mercado tratamientos eficaces recetados y administrados por especialistas en oftalmología. Se inyectan en la esclerótica, por lo que se trata de inyecciones intravítreas o IVT.

Para la DMAE “seca”, que evoluciona lentamente, ningún tratamiento ha demostrado todavía su eficacia.

Consulte urgentemente a su oftalmólogo en caso de:

– reducción rápida de la visión de uno de los ojos,

– y/o sensación de deformación u ondulación de líneas rectas,

– y/o aparición/empeoramiento de una mancha central.

 

CONCLUSIÓN

No hay tratamiento para curar la DMAE, por lo que debe llevar a cabo reconocimientos regulares a lo largo de su vida y visitar a su oftalmólogo con regularidad. Debido a que cada DMAE es diferente, será su médico quien decida la frecuencia de los controles y del tratamiento.